¿Google Adwords o Facebook Ads, cuál es mejor?

Google Adwords

Si analizamos el uso de Google en el año 2017 podemos ver que se procesan 40.000 búsquedas cada segundo en promedio, esto significa 3.500 millones de búsqueda por día y 1.2 billones de búsquedas por año en todo el mundo (Estadísticas de Búsqueda en Google).

Dentro de SEM nos encontramos con diferentes tipos de anuncios. Podemos distinguir los siguientes:

  • Search: son anuncios de texto visibles en la Red de Búsqueda que se muestran por encima y debajo de los resultados de búsqueda orgánica de Google.
  • Shopping: en este tipo de publicidad usamos datos de nuestros productos, en algunos casos podemos obtener porcentajes de clics (CTR) más altos que en Search.
  • Display: esta red está formada por diversas plataformas en las que podemos publicar nuestros anuncios. Forman parte de esta red las Webs asociadas a Google, Gmail, Blogger, Youtube, App o aplicaciones entre otras.
  • Sólo llamada: son muy útiles para conseguir llamadas hacia nuestro negocio.
  • Remarketing: consiste en crear anuncios personalizados para los usuarios que previamente visualizaron nuestra web.

Como podemos ver, tenemos múltiples opciones para crear publicidad en Adwords, lo conveniente es crear campañas adaptadas a nuestro negocio y enfocándonos en el canal y tipo de búsqueda más utilizado por nuestros usuarios.

El coste es algo más elevado que en Social Ads pero los resultados en cuanto a conversiones también lo son.

Facebook Ads

Analizando las estadísticas Facebook es la red social más usada contando con aproximadamente 1900 millones de usuarios activos en un mes. Quizás sea este el motivo por el cual es la red social en la que tanto empresas grandes como pequeñas más se publicitan.

En redes sociales lo que se consigue es generar branding, es decir, conocimiento de marca. Los anuncios se muestran a las personas que se ajustan a nuestra segmentación, podemos llegar así a un público que no nos conoce y que puede estar interesado en nuestro negocio. Conseguimos por lo tanto captar a posibles clientes potenciales.

En Facebook no importa el presupuesto diario que tengas ya que con poca inversión se pueden obtener resultados.

A la hora de escoger la red social en la que quieres estar presente debes de tener en cuenta que Instagram está en crecimiento y generalmente es más utilizada por un perfil más juvenil, al igual que Twitter. LinkedIn es una herramienta centrada principalmente en los negocios y muy útil para generar leads para la base de datos de la empresa. Por último, Facebook te permite llegar a públicos específicos afines a tu negocio.

Es importante tener presencia en todas las redes sociales y generar anuncios en las que se adapten mejor a tus necesidades.

¿Cuál es mejor?

No hay una sola respuesta ya que las opciones son múltiples y para cada tipo de negocio y sector puede funcionar mejor una plataforma publicitaria que otra.

Se trata de evaluar conscientemente tu situación, tu audiencia y cada plataforma, seleccionar una o hacer un mix que pueda funcionar.

De todas formas, mi consejo es que inviertas en las dos y analices cuál es la que te produce mejores resultados.

Fuente: marketinet

Secretos del Neuromarketing

¿Cómo funciona el marketing de los productos señuelo?

Además de lo que se quiere vender, hay que posicionar algo que importe menos pero realce el producto.

Cada día, los consumidores tienen que enfrentarse a muchísimas opciones y a muchísimos mensajes de las marcas y de las empresas. Están rodeados por mensajes, anuncios, recomendaciones, cosas que otros consumidores publican en redes sociales, noticias sobre productos?

Las alusiones a marcas y productos son muchísimas, especialmente si además ese día se intenta tomar una decisión de compra y se acaba visitando algún tipo de punto de venta, ya sea online y offline. El cerebro del consumidor tendrá que enfrentarse entonces a muchos más estímulos vinculados a las marcas y tendrá que esforzarse todavía más para tomar decisiones sobre qué comprar y qué marcas escoger.

Quedarse con una marca o con otra no es un proceso sencillo. De hecho, es algo complejo que obliga a tener en cuenta muchas cosas y muchos elementos. A los consumidores les gusta pensar que el proceso de elección es absolutamente racional y que todas esas decisiones se toman de forma muy meditada y estudiada, pero lo cierto es que el cerebro humano toma no pocos atajos para hacerlo.

Para no sentirse sobrepasado por todas esas cosas con las que se está cruzando, el cerebro deja muchas veces el proceso de compra y elección de productos en cuestiones que está procesando a un nivel completamente subconscientes. Es lo que explica el poder de las emociones en nuestras decisiones de compra, pero también la importancia de la neurociencia (que ayuda a leer los mecanismos del cerebro del consumidor y ayuda a ser mucho más efectivos en todos esos procesos).

El neuromarketing no manipula el cerebro humano, pero sí se aprovecha de su capacidad para aprender a leerlo para posicionar mensajes. Es ahí donde aparece el marketing de los señuelos, lo que en inglés se conoce como “decoy marketing”. Las marcas lo emplean de forma recurrente y resulta además muy efectivo. Usan elementos que no les interesa tanto vender para reforzar el producto que quieren posicionar pero también emplean a los productos de los demás como plataforma para asentar el propio.

¿Cómo funciona el efecto señuelo?

¿Cómo funciona el marketing de los señuelos? La clave está en cómo se construye la oferta. Como publican en NeuroScienceMarketing, se trata de posicionar al lado del propio producto -el que interesa vender- otro que no importa tanto. Esto es, al lado del producto destacado y vendible hay que ofrecer un producto a un precio parecido y hasta similar, pero que resulta mucho menos atractivo. Parece, como recuerdan en el análisis, casi contraintuitivo, pero en realidad funciona muy bien, como bien demuestra la neurociencia.

Es lo que hace que en medio de una avalancha de productos en los estantes de un supermercado nos quedemos con aquel que parece más grande o que usa las palabras clave más ’emocionantes’ o ‘convincentes’ pero también lo que hace que algunas cosas nos parezcan grandes ofertas.

Un ejemplo recurrente de esto está en el modelo de suscripciones de los medios, como demostraba un estudio que analizaba las vías de subscripción de The Economist. Si a los consumidores se les ofrecía solo una suscripción online y una con internet e impreso, la mayoría de los consumidores se quedaba con la primera porque era más barata. Las cosas cambiaban cuando se añadía una variable. Los precios seguían siendo los mismos. La suscripción a internet costaba 59 dólares y la de impreso y red 125. Lo que cambiaba es que añadían un formato solo impreso por 125 dólares. De este modo, los consumidores sentían que la oferta de impreso e internet era muchísimo mejor y se iban de cabeza a ella.

Las aerolíneas también lo emplean. Por ejemplo, como recuerdan en el análisis, los precios del WiFi a bordo son muy poco diferentes cuando se compara dos horas con todo el vuelo (un único dólar) algo que claramente hacen para conseguir posicionar mejor lo que quieren vender (el precio de todo el vuelo). En el caso de las inmobiliarias, el efecto señuelo se aplica dejando para el final la casa que más interés se tiene en vender cuando se presentan espacios a los compradores. Lo que se acaba de ver hace que la casa final se reciba con mejores ojos.

Fuente: PuroMarketing