¿Por qué se dio la ruptura entre Google y Huawei?

La compañía californiana anunció que dejará de proveer al principal competidor de Apple y Samsung. Por ahora, Huawei da un parte de tranquilidad a sus usuarios, pero, de fondo, hay quienes ya hablan de una “guerra fría tecnológica”.

La suspensión de los negocios entre Google y Huawei ha atrapado la atención por varios factores: es muestra de los efectos que pueden tener las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China –lo que algunos han llamado “la guerra fría tecnológica”–, abre preguntas sobre las consecuencias que habrá para otras empresas chinas, pero también para estadounidenses como Apple y, en pocas palabras, ha sido una noticia que directamente afectaría a casi el 15 % de usuarios de móviles en el mundo.

La decisión de la subsidiaria de Alphabet, con sede en California, es resultado de medidas adoptadas por el gobierno de Donald Trump la semana pasada. Primero, la declaración de “emergencia nacional”, que prohíbe a las empresas de Estados Unidos usar tecnología de firmas extranjeras que puedan comprometer la seguridad, en clara referencia a Huawei, que ha sido acusada de espionaje en ese país. Después le siguió la inclusión de la compañía china, por parte del Departamento de Comercio, en una lista de empresas y personas a las que se les prohíbe el acceso a tecnología estadounidense.

El camino tomado por Google es consecuencia directa de estas medidas, y al parecer no será el único en adoptarlo. Según Bloomberg, otras firmas como Intel y Qualcomm han decidido, pese al impacto en sus propios negocios, no proveer más a Huawei, por lo menos hasta nuevo aviso.

Este lunes, sin embargo, el gobierno de Estados Unidos informó que la prohibición de exportaciones de tecnología al gigante chino se postergará tres meses, para permitir a Huawei y sus socios “mantener y respaldar las redes y equipos existentes y actualmente en pleno funcionamiento, incluidas las actualizaciones de software”.

De todas formas, una de las preguntas que surgen es si aparte de Huawei habrá otras compañías chinas que puedan verse afectadas. Así podría pensarse debido a que existen antecedentes, como el de ZTE, que sufrió restricciones en el mercado estadounidense como consecuencia de haber hecho negocios con Irán. Sin embargo, como resaltó Tim Culpan para Bloomberg la semana pasada, “Huawei no ha sido objeto de cargos y EE. UU. no ha hecho pública evidencia que respalde su afirmación de que los equipos de la firma facilitan el espionaje. Vetar a Huawei sin cargos elevaría la tensión entre Washington y Pekín a niveles muy por encima de lo que hemos visto hasta ahora”.

La orden ejecutiva de Trump no menciona nombres propios, sino que apunta a la preocupación de “cooperación” con el gobierno chino a la que están obligadas las empresas locales, como explica Sam Byford en el medio especializado The Verge. Sin embargo, Byford resalta el hecho posterior de que el Departamento de Comercio sí hizo explícito el nombre Huawei en la “Entity list” del gobierno.

En medio de la incertidumbre tampoco hay que olvidar otro de los elementos en medio: Apple, de origen estadounidense y cuyas acciones cayeron 3,13 % este lunes. “China tiene la opción central de responder con acciones en contra de Apple, lo que suena extravagante, pero podría ser una pieza de negociación útil si la normalidad ha de ser restaurada”, indicó Byford, sin dejar de mencionar que una posible resolución de este conflicto es difícil de anticipar –como lo es la actitud misma del presidente Trump– y es algo que dependerá más de la respuesta desde Beijing.

Por lo pronto, hay algunas certezas. Empresas europeas como AMS AG han comunicado que no dejarán de proveer a Huawei. Asimismo, líderes como Emmanuel Macron, presidente de Francia, han manifestado que no bloquearán a Huawei. “Francia, Alemania y el Reino Unido se encuentran entre los aliados claves que se resisten a las demandas estadounidenses de excluir completamente a Huawei de la construcción de la red 5G”, según Bloomberg, que también estimó un retraso en el desarrollo de la siguiente generación de comunicaciones debido a los obstáculos comerciales.

Fuente: El Espectador